¿Por qué reforma y no revolución?
Por una parte, se
trata de no agravar la situación de los más pobres del planeta; ningún movimiento altermundialista y/o anticapitalista ha propuesto aún una alternativa creíble
aplicable a todo el planeta, ni menos aún ha definido con precisión las etapas
para lograrlo. Comparto la mayoría de las convicciones y de los objetivos fijados por estos movimientos, pero apostamos por llevar a cabo transformaciones
sin violencia; la demonización de los actores económicos dominantes no sólo es
simplista sino también a menudo contraproducente; por otra parte, no existe un
capitalismo monolítico intangible sino formas plurales de capitalismo.
Los sistemas económicos son constructos complejos que evolucionan con el tiempo; incluso un grupo de personas muy inteligentes cometería errores enormes si intenta diseñar algo completamente diferente. Además, la implementación del cambio social nunca es fácil; las revoluciones suelen ser violentas y caóticas, y quienes llegan al poder a menudo están más preocupados por preservar su dominio, no por el bienestar material de aquellos a quienes gobiernan.
En cambio, es extremadamente probable que el enfoque más exitoso sea modificar el sistema actual: reformar, en vez de revolucionar. Cualquiera que sea el resultado, será una economía mixta, donde los roles del gobierno y el sector privado se alteren de algún modo para atender los asuntos más urgentes.
para que esta reforma pueda ser exitosa se deben tener en cuenta las siguientes recomendaciones planteadas a continuación
- Recuperar la competencia.
El capitalismo funciona gracias al libre mercado, es decir, un mercado en el que se supone que todos actúan en un terreno de juego igualado. Pero esto no es verdad, cuando los compradores o vendedores tienen demasiado poder, lo que repercute en precios más altos, menos inversiones y menor productividad. Y la causa es que los que tienen poder lo usan para asegurar sus ventajas, no para competir para ofrecer mejores condiciones a los consumidores, mediante los lobis, las presiones, la corrupción, etc. ¿Cómo se puede lograr esto? El cambio debe venir del lado de la política, es decir, de la presión de la sociedad civil para lograr un mercado más competitivo.
- Corregir la desigualdad.
Una cierta desigualdad es inevitable e incluso necesaria, pero demasiada puede ser, de nuevo, indicador de que algo no funciona bien, lo que crea una sociedad enfadada, menos movilidad social (o sea, menos oportunidades para todos) y menor crecimiento económico. Wolf aconseja más competencia, reducir la evasión fiscal, un sistema impositivo más equilibrado, mejoras en la educación, un mercado de trabajo más eficientes…
- reformar la democracia
incluyendo temas como la financiación de los partidos políticos, la lucha contra la corrupción, la transparencia en los asuntos públicos (sobre todo los que hacen referencia al dinero), etc.
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